Francisco de Goya y Lucientes nació en 1746, en Fuendetodos (Zaragoza, España). Comenzó su formación artística cuando tenía catorce años, época en la que empezó a frecuentar el taller del pintor José de Luzán.
En 1763, viajó a Madrid para ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando; pero fue rechazado, por lo que probó suerte en Italia, donde permaneció dos años.
Ya en España, en 1772, Goya realizó su primera obra de importancia: los frescos de la cúpula de la basílica de la Virgen del Pilar (Zaragoza). El fresco es un tipo de pintura que se realiza sobre la pared.
Pocos pintores nos enseñan los horrores que ocasiona la guerra como lo hizo Goya. Todo esto causó tanta impresión en él que, a partir de entonces, abandonó los colores y comenzó a pintar en tonos oscuros, casi en blanco y negro.
Un año después, en Madrid, la Real Fábrica de Tapices le encargó los primeros cartones, dibujos preparatorios para la realización de los tapices. En esta ocasión, estos estaban destinados a decorar el palacio de El Pardo, residencia de los monarcas durante el verano.
La mayor parte de estos cartones narraban escenas de fiestas, juegos y meriendas protagonizadas por majos y majas, gente del pueblo de Madrid. Algunos representaban también escenas de cazadores o campesinos. Casi todos se conservan en el Museo del Prado (Madrid).
Hecho por Beatriz Perna
6º de Primaria